
Nuestro padre nos sostiene flotando sobre una ilusión:
Fabricamos alas de ensueño para visitar el aurora.
Las cosimos con medias verdades: amor, vida, luz.
El céfiro sopla suave.
Corremos.
Volamos.
Los lamentos de Dédalo llegan envueltos entre ráfagas, como hojas secas.
Erizan la piel.
- No me sueltes.
- Nunca.